Fotografía: La-Malem, Jean Paul Gaultier |
Quizá suene un tanto ilógico
pensar que perteneciendo a un colectivo que ha luchado a través de los años por
el respeto y la igualdad de derechos
entre los seres humanos no importando las preferencias sexuales, los niveles de
tolerancia y respeto deberían de ser un ejemplo para el resto de la sociedad.
Pero: ¿Quién puede decir que nunca ha utilizado la palabra “Hueco”, “Loca” o
“mariquita” para referirse a un hombre homosexual, incluso siendo homosexual?
peor aún, ¿Quién no se ha sentido superior por tener ciertos atributos
“masculinos” que algunos otros homosexuales no posen? ¿No es un ejemplo perfecto de autogol? …Quien
esté libre de pecados, que tire la primera piedra.
Algunos estudios y numerosos
sicólogos han afirmado que la homofobia
muchas veces es fundamentada en ese temor a convertirse en aquello que
más odiamos y criticamos, que se traduce en la adopción de ciertas actitudes de
rechazo de un yo, que no resulta cómodo para la sociedad en la que nos desarrollamos,
por decirlo de otra manera una auto-censura a esos impulsos como la atracción a
las personas del mismo sexo que desemboca en la destrucción de esos seres
humanos que viven honestamente sin temor a expresarse y mostrarse frente al
mundo orgullosamente tal y como son.
La homofobia forma parte medular
de lo que se ha denominado “machismo”, de esa ideología de “como debe de ser un
hombre” que aunado a la cuota de poder que se ha otorgado al sexo masculino a
través de los años ha perpetuado incluso en los homosexuales una construcción
de la masculinidad, la cual reviste una supuesta superioridad sobre su entono,
y lo que no se ajuste a ese modelo construido y avalado socialmente es objeto
de discriminación.
Se pudiera pensar que dentro de
las relaciones entre seres humanos del mismo sexo existe una ventaja al no
contar con una guía vivencial que los ayude en la definición de roles, pero en
la mayoría de los casos como cual replica de las relaciones heterosexuales, caen
en el error de imitar los parámetros establecidos. Mientras uno toma un papel
dominante y proveedor el otro se vuelve el receptor, el dominado; los roles de
hombre y mujer en las parejas heterosexuales.
No cabe duda entonces que el
machismo es como cual plaga que se expande a todo nivel y se materializa de
diversas formas y en diferentes espacios. Desde muy pequeños estamos
condicionados a cumplir con ciertos parámetros perfectamente construidos con
una gran cantidad de creencias, actitudes y prácticas de un ideal rígido de
hombre. Un punto importante de la
homofobia radica en el imaginario social sobre los hombres homosexuales, a
diferencia de la antigua Grecia donde no se concebía la orientación sexual como
identificador social, en el último siglo en las sociedades occidentales se creó
la imagen del homosexual como afeminado y se liga de manera instantánea a la
falta de virilidad.
Pero en pleno siglo XXI resulta
un tanto ilógico seguir con los estereotipos acerca del hombre homosexual
ligado a la estética o a los salones de belleza, reduciendo la esencia y las cualidades
de un ser humano a puras construcciones sociales que lo único que han generado
es la división y el rechazo, la no aceptación y el miedo a sí mismos.
Por lo tanto un hombre que en
cierto punto de la vida descubre su tendencia sexual a personas del mismo sexo;
su deseo su amor por otro hombre pero cuyas actitudes no encajan en el estereotipo
de hombre afeminado descubre también que puede ocultar en cierta medida sus orientaciones
sexuales. ¿y eso es incorrecto? Definitivamente no. No es necesario colocarse
una etiqueta en la frente que diga “HOMOSEXUAL” el problema radica cuando se
convierten en verdugos de aquellos que desean expresarse libremente.
Hace unas semanas atrás, asistí a
una exposición denominada “La rebelión de Adán” donde artistas
jóvenes expresaban por medio del arte su verdadero yo. Uno de los artistas a través
de una secuencia de fotografías de un hombre que caminaba por las calles y que
con el transcurrir de los retratos aparecía lleno de pintura hasta quedar
complemente cubierto de ella, representaba todas esas miradas, criticas, ofensas
y demás que la sociedad genera y expresa contra la homosexualidad. La parte
impresionante sucedió cuando en la inauguración de la exposición el modelo que
poso para la sesión fotográfica apareció en escena completamente desnudo, al descubierto
frente al público. Alrededor de él, se encontraban una cantidad de botes de
pintura de diferentes colores y el joven artista invito al público a
expresarse, siendo él, el primero en lanzar un poco de pintura al modelo
desnudo, acompañado de unas palabras que se quedaron retumbando en mi cabeza “Por
tu culpa creen que todos los huecos somos locas” seguido, otras personas del público replicaron
la dinámica expresando algunas frases como “Mariquita” “Hueco” “Loca” pero con
el transcurrir de la actividad algunas otras personas únicamente se limitaron a
ensuciarlo de pintura sin expresar palabra. El silencio se hizo presente en la
sala y pude notar en la cara de muchos, sentimientos encontrados con respecto a
la actividad.
Ese momento, quedo grabado en mi
memoria y estoy seguro que en la memoria de muchas personas que presenciaron la
exposición esa noche, desde ese instante gira en mi cabeza ideas como: Qué difícil
ser macho y tragarse las lagrimas en una sociedad de machos. Qué difícil ser
hembra en una sociedad de machos. Que difícil ser homosexual en una sociedad de
machos que te tachan de hueco hasta los mismos huecos que se creen muy machos.
Como sociedad hemos adoptado la homofobia como una práctica cultural machista que va ligada a esa construcción del concepto de masculinidad, el problema real radica en la poca tolerancia que tenemos los seres humanos, la poca cultura de respeto. Es oportuno examinar si todas estas prácticas son útiles en la vida, de lo contrario buscar la manera de cambiarlas, porque en la medida que reforzamos el machismo estamos incrementando el odio social hacia nosotros mismo y la dificultad de la auto aceptación. Nos privamos de conocer seres humanos que pueden aportar muchas cosas buenas en nuestra vida por dejarnos llevar por los prejuicios; prejuicios que nos han condenado, nos siguen condenando y que dependen de nosotros evitar que condenen a las generaciones futuras.
Como sociedad hemos adoptado la homofobia como una práctica cultural machista que va ligada a esa construcción del concepto de masculinidad, el problema real radica en la poca tolerancia que tenemos los seres humanos, la poca cultura de respeto. Es oportuno examinar si todas estas prácticas son útiles en la vida, de lo contrario buscar la manera de cambiarlas, porque en la medida que reforzamos el machismo estamos incrementando el odio social hacia nosotros mismo y la dificultad de la auto aceptación. Nos privamos de conocer seres humanos que pueden aportar muchas cosas buenas en nuestra vida por dejarnos llevar por los prejuicios; prejuicios que nos han condenado, nos siguen condenando y que dependen de nosotros evitar que condenen a las generaciones futuras.
Mis felicitaciones querido. Me encantan las reflexiones desde las ciencias sociales que parten desde nuestras propias experiencias y vivencias. Así es como mejor se analiza. Creo que las ciencias sociales nos deben ayudar también a entendernos a nosotras mismas y nuestra relación con nuestra personalidad y la sociedad. Qué bueno que vayás por esos rumbos.
ResponderEliminarDefinitivamente debemos de romper los esquemas académicos, no hay nada como el debate critico que parte desde las reflexiones basadas en las experiencias y las vivencias. Como cientistas sociales definitivamente no podemos dividir nuestra parte humana y mucho menos aislarnos de esa realidad en la que nos encontramos inmersos. Gracias por leer los post, por comentarlos y por compartirlos. El saber que al menos una personas se siente identificada, conmovida o cualquier sentimiento que le provoque me da la certeza de no estoy solo en este camino, y que somos muchos que desde nuestras experiencias y disciplinas podemos lograr un mundo más justo, con personas felices pero sobre todo orgullosas de ser quien son.
EliminarExcelente radiografía de la sociedad, lo mas comparable en muchos casos a la selva y la sobrevivencia, te felicito por el valor de enfrentar a los estereotipos y de esta manera ayudar a muchas personas para abrir los ojos a una realidad que la mayoría de la sociedad no quiere ver.
ResponderEliminarRoberto Girón
Gracias por el comentario. Creo que el objetivo final de cualquier persona debería de ser vivir en paz y feliz… pero eso se logra viviendo en una sociedad que esté libre de esquemas, de ideas erradas, de mentes obsoletas pero sobre todo de corazones oscuros que no viven felices y por consecuencias no dejan vivir felices a los demás. En la lucha estamos muchos.
EliminarYo tengo un problema: No me gusta la música pop o la música disco, tampoco soy seguidor de la moda, creo que el arreglo personal solo es baño diario, dientes limpios, ropa limpia y rasurarse cada 2 días; soy malhablado, sarcástico y prefiero una cerveza sobre una margarita... A veces prefiero llamarme hueco, porque "gay" creo que no soy mucho.
ResponderEliminarLa vida y el ambiente laboral actual me obligaron a desempeñarme dentro de una rama de mi profesión estereotipicamente gay, como diseñador de interiores debo tratar con gays "de pluma" que creen que me odio a mi mismo y con heteros que creen que trato de imitarlos.
He aprendido a vivir con todos los estigmas, a asumir mi propia personalidad, mi capacidad y preparación como lo único que me define, y la verdad se siente muy bien ser yo mismo.
Creo que el primer paso para lograr una sociedad inclusiva es darle visibilidad a la diversidad misma que la compone. Mientras más familias vean que nosotros, miembros arcoiris de una diversidad infinita, somo parte de los núcleos y círculos que rodean a cada miembro de la misma sociedad, más fácil y natural será la tolerancia y mejor aún, la aceptación, lo que terminaría definitivamente con la difamación que experimentamos hasta en los anuncios de pasteles de Anfora.
Felicitaciones por el artículo. Te invito a que visites mi blog sobre cine: criticaconstructivaimposible.blogspot.com.
"Creo que el primer paso para lograr una sociedad inclusiva es darle visibilidad a la diversidad misma que la compone." Mejor no lo pudiste haber descrito o escrito. Los estereotipos derivados de esas construcciones sociales que venimos arrastrando, creyendo que son procesos naturales y realidades únicas nos han condenado a muchos seres humanos a tratar de encajar en un estante de supermercado que muchas veces limita nuestra esencia a simples connotaciones o ideas de lo que es o de lo que debería ser… Definitivamente existen estereotipos sobre los homosexuales pero tal y como tú lo dices mientras la demás gente se de cuenta que somos parte de los núcleos y círculos que rodean a cada miembro de la misma sociedad lograremos un nivel de tolerancia que se traduzca en algo así como “vive y deja vivir” Gracias por tu comentario y por seguir el blog.
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